Estoy oscuro dentro de una cascara de nuez con sus grietas que se abren.
En un barco anochece y aspero tiemblo donde las velas se estrellan con el aire.
Timidez desbordada reclamando atenciones con gritos silenciosos, encestaría un altavoz para hacerme escuchar.
Soy una tinta espesa dentro de un tintero que derrama su flujo sobre un papel en blanco arbitrariamente.
Necesito un compás para medir el sueño y los gestos y las atracciones desmedidas que separan el orden y el caos.
Mandarinas sobre los ojos que me envuelven de ternura y de paz, soy libre en ese lugar.
Estoy agotado, me pesa el cuerpo.
Me sirve para encontrarme en otra forma y convivir con esa dificultad.
Me he quedado completamente disperso.
Encerrado en un cazo de expresión que no es el mio.
Con muchas ganas de ponerme a dormir y soñar y soñar, continuar el sueño que se despertó.
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